Xavier Nava, hasta hace algunos años era un perfecto desconocido, se mueve en un reducido círculo clasista, muy cerrado, solo caben unos cuantos. Estudió con los jesuitas en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México y una maestría en Inglaterra; admira a la Thatcher y desprecia a los pobres a menos que le sirvan a sus fines.
El alto precio de sus estudios fueron cubiertos con holgura por sus padres Luis Alfonso Nava Calvillo, constructor de gobiernos priistas que alcanzaría la gloria y el infierno como funcionario torancista; y Patricia Palacios, durante muchos años fue directiva a sueldo de las Damas Vicentinas y apoyó a la rebelión zapatista.

Cuando Xavier regresó a México en plan de elegido, el apellido sirvió de picaporte con figuras de la izquierda, Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Robles le dieron empleo en la Regencia del Distrito Federal. Asesoró a diputados federales y conoció a Emilio Zebadúa, doctor por Harvard, pareja de Carmen Aristegui y chamán de Elba Esther Gordillo, la cacique de los maestros.

En el relevo generacional navista apareció Xavier como diputado federal gallardista, estaba encantado con el “proyecto político democrático” de los Gallardo, ellos le dieron los votos para que venciera el histórico dominio panista en el distrito VI. Ahora es detractor de la reelección de Ricardo Gallardo Juárez. Como no pudo repetir la gesta de su abuelo Salvador Nava que fue candidato independiente y ganó la alcaldía en 1959, se apoya en el panismo más decadente, reaccionario y corrupto, el mismo que traicionó al doctor Nava para que Mario Leal Campos fuera el alcalde por concesión graciosa del salinismo.
¿En qué momento se perdió la fraternidad entre Nava y Gallardo, si es que alguna vez la hubo? Eso es lo que pretende responder esta biografía política que Nava hubiera preferido que no se publicara.

ZEBADÚA, LA “ESTAFA MAESTRA”

Con Zebadúa, ideólogo del Partido Nueva Alianza y cerebro financiero de la “Estafa Maestra” como oficial mayor en las dependencias que ha detentado la Robles, se esfumaron 7 mil 670 millones de pesos; Xavier trabó desde años atrás una entrañable amistad, una complicidad muy lucrativa, chambas de asesor, bisnes para ayudar al amigo.
En Chiapas, Zebadúa fue secretario general del gobernador Mendiguchía, y se jaló a Xavier como su asesor. Con el ingreso asegurado, el nieto del doctor Nava decidió sentar cabeza y la boda fue oficiada por el obispo de la Teología de la Liberación, Samuel Ruiz. Compró una plana en Sociales del Pulso para que todos nos enteráramos de sus nupcias y en el banquete los indígenas sirvieron de cocineros, meseros, guaruras y cuida coches, con la bendición del “tatic” Samuel.

Sin ninguna experiencia en el campo editorial, por mediación de Zebadúa ante la Gordillo, Xavier fue designado subdirector editorial de la revista “AZ”, de la Fundación de la SNTE; y como su papá también andaba sin plata, se le dio el cargo de coordinador editorial. Zebadúa traicionó a la Gordillo cuando vio que ya estaba chocheando. Los Nava se regresaron a San Luis Potosí. Iniciaba la campaña a la gubernatura de Fernando Toranzo, Luis Nava le ofreció el apoyo del navismo para vencer al panista Alejandro Zapata, a cambio de la SEDUVOP, y salió multado e inhabilitado. “Ladrón”, le gritó Toranzo cuando lo corrió por los “moches”, asignaciones directas, y costos inflados de la obra pública. Al final de ese sexenio reapareció al frente del movimiento de víctimas del cura pederasta Eduardo Córdova, el alto clero se sintió agraviado y no le perdonan el desprestigio que la causó a la institución.

“COMO DICE DON RICARDO”

El olfato político viene de familia. En el 2015, cuando la gallardía brincó de Soledad de los Ranchos a la capital para competir por la alcaldía, con mucho oportunismo Xavier se hizo de la candidatura a diputado federal del PRD y se colgó de la campaña de Ricardo Gallardo Juárez a quien cubría de zalamerías en los mítines (“como dice don Ricardo, San Luis Potosí no se equivoca, ¡ya ganamos!”), y sí, ganó, gracias al voto en cascada y el PAN perdió un bastión que históricamente le pertenecía.

Al mismo tiempo que legislaba con gallardía, Xavier tenía despachos corporativos de asesoría múltiple al sector público, con varios socios, hasta que Pablo Valladares ordenó detonar a ocho columnas el escándalo millonario del “Antorcha-Gate”, que a Germán González Martí le costó la chamba de subsecretario carrerista por prevaricato. Nava sudó frío porque estuvo en riesgo la millonaria comisión que le tocó.

La ruptura de Xavier con “don Ricardo” se dio pronto, ya lo tenía planeado, en cuanto obtuvo la curul federal se alejó y se puso a las órdenes del gobernador Carreras como gestor de recursos para obras estatales y olvidó sus compromisos con el municipio. Para hacerse de una imagen, creó una fundación para repartir becas a escolares aplicados, financiadas con parte de su sueldo de legislador. Ante la proximidad de los tiempos electorales sus críticas al gallardismo subieron de tono, todo lo que antes alabó, como los programas sociales, se habían vuelto prácticas condenables; y la familia Nava, junto con los Stevens, con el pretexto de la “ecuación corrupta”, fundaron el Frente Anticorrupción, en los hechos su objetivo es combatir al gallardismo y proteger a Carreras.

Para darle sustento a su ambición, Xavier se hizo crítico de la partidocracia y se apuntó como candidato independiente a la alcaldía, luego canceló esta vía por la incapacidad para reunir las firmas, tampoco hizo un gran esfuerzo y encontró cobijo en el PAN, muy pulverizado por la corrupción y disputa por candidaturas; lo apadrinó un grupo de viejos panistas ya muy “quemados”, una buena parte de la militancia de base lo rechaza; y la coalición federal con el PRD se desdibujó, en los hechos no parece funcionar, cada quien trabaja por su lado y la candidatura de Ricardo Anaya tiene muy bajo perfil en la entidad.
Con esa zigzagueante carrera política guiada por el oportunismo, Xavier es candidato a la alcaldía, representa una mezcla de intereses pero dominan los de una minoría que quiere controlar el ayuntamiento para su beneficio propio, empresarios, constructores amafiados del grupo de los Stevens; líderes sociales en la nómina del secretario de Gobierno Leal Tovías y hay muchos tontos útiles que piensan que forman parte de un proyecto democrático.

El grueso del electorado está con Gallardo, pero como ya se ha visto, la apuesta de Xavier no es cosechar votos porque no alcanzará los suficientes para ganarle, sino generar un clima de tensión social con noticias falsas, victimización y linchamiento mediático contra Gallardo, tiene el apoyo de Televisa y otros medios locales y nacionales, en su discurso no hay grandes ideas ni propuestas para la ciudad, solo arengas maniqueas de la “dignidad” y su actitud de superioridad moral, dando a entender que está predestinado para gobernar la ciudad y luego la entidad, ese es el plan que le trazó su tío Horacio Sánchez Unzueta.

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