MONITOR POTOSINO
Que los fifís tienen la piel sensible ante los picotazos de los gallardistas fue una penosa confesión hecha pública hoy por los regidores del PAN, en rueda de prensa convocada por el presidente municipal de ese partido.
Sin saber bien lo que estaban provocando (balconeándose a sí mismos y a su alcalde que no da una), pidieron a sus homólogos regidores del PRD no hacer “arguende” en las sesiones de cabildo y tramitar en instancias correspondientes sus inconformidades.
Y se convirtieron así estos ediles panistas en burros hablando de orejas, pues es precisamente Xavier Nava Palacios quien ha confundido su cargo de presidente municipal con el de fiscal, y a los medios de comunicación con las “instancias correspondientes”, en este caso, los tribunales.
Esa estrategia de Nava, de lanzar la piedra contra la anterior administración mientras esconde la mano de un desempeño ineficaz y desastroso como alcalde, es la que provocó que los regidores perredistas-gallardistas afilaran la crítica al interior del Ayuntamiento, denunciando los yerros, irregularidades, e hipocresía del alcalde.
Pero ahora los citados regidores del conservadurismo potosino parecen como esos niños consentidos en la escuela, que hacen sus crueles travesuras de bullyng, y luego, cuando les ponen un ojo morado, van a darle la queja a la mamá o a la maestra de la escuela.
Así chillan esos regidores del PAN ante sus compañeros de la oposición, quienes por tener bien puesta la camiseta del gallardismo o por simple decoro, le han dicho en su cara al nieto de Salvador Nava Martínez que es un corrupto, un falso, un incompetente, y que mejor se ponga a trabajar.
De tal forma tan poco digna, esos representantes del panismo se ven no solo llorones, sino poco inteligentes, pues ahora sus adversarios saben dónde seguir pegando, las partes donde más les duele.
Este párrafo de una nota sobre tal información, donde rebosan los apellidos del Jardín de Tequis para arriba, da cuenta clara de la incongruencia en que cayeron los declarantes:
“Los regidores Dulce Karina Benavides, Alfredo Lujambio Cataño, Raquel Bárcena Jannet, Verónica Rodríguez Hernández, Cristian Azuara Azuara y Jaime Uriel Waldo Luna pidieron debate de altura y que no se convierta la sesión de Cabildo en un ring, sino que todos los trámites los lleven por la vía legal en todo caso”.
Los gallardistas perredistas debían responder que eso vayan y se lo digan a su alcalde, que le expliquen con peras y manzanas que los medios de comunicación y las redes sociales no son un tribunal paralelo de los órganos de justicia.
Que presente las miles o millones de demandas que tenga en los órganos competentes, y que presuma cuando le den la razón, o cuando alguno de sus acusados esté en la cárcel.
Porque, tal y como actúa ahora, confunde la opinión pública con las “instancias correspondientes”, y la alcaldía en una especie de foro para ataques a sus antecesores, mientras el municipio se le deshace en las manos por vil incompetencia.
Maximino Jasso, el presidente del comité municipal del PAN, quien se la pasó tres años atacando a Ricardo Gallardo Juárez, ahora guarda silencio todos los días ante las múltiples anomalías, falta de servicios y atropellos policíacos del presente Ayuntamiento.
Pero eso sí, se siente con derecho de hablar de “autoridad moral”, volteando la vista ante las muestras de nepotismo, corrupción, y arbitrariedades de Xavier Nava Palacios, y en tanto, también, uno de sus representantes, el ex diputado local Mariano Niño, está siendo juzgado en el Congreso por haber sido uno de los más corruptos de la anterior Legislatura.
¿Esa es la autoridad moral de que presumen?