Marruecos y Es­paña incurrieron este fin de se­mana en un “uso excesivo de la fuerza” contra un grupo de mi­grantes en la frontera de Meli­lla, lo que provocó “la muerte de decenas de seres humanos, solicitantes de asilo y migran­tes”, declaró ayer el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.

La tragedia “es inacepta­ble” y “debe ser investigada”, añadió Dujarric, quien precisó que los excesos se produjeron “a ambos lados de la frontera”.

Horas antes, una portavoz de la Oficina del Alto Comi­sionado para los Derechos Humanos, Ravina Sham­dasani, pidió en Ginebra la apertura de una investiga­ción independiente.

Al menos 23 migrantes murieron y 140 policías re­sultaron heridos, después de que unas dos mil personas intentaran atravesar la valla que divide la frontera.

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